lunes, 17 de octubre de 2011

Autoconfianza

Recuerdo una vez, en mi anterior ocupación de politólogo, me tocó corregir un discurso que después de algunos párrafos decía "Pausa para aplausos". Creo que yo no sería capaz de tal grado de optimismo.

lunes, 10 de octubre de 2011

Otro desafortunado encuentro con la ley


Como parte de los famosos operativos que tanto cacarea el gobierno para combatir a la delincuencia, por enésima vez me detuvieron mientras iba circulando en mi carro. Acepto que me falta la placa delantera pero eso no es mi culpa, yo se la pedí y pagué al gobierno del DF pero nunca me la entregaron, de eso hace ya cinco años. Como acá le quitan las placas a los carros que comenten alguna infracción nunca me detienen por esa razón. Igual no necesitan pretexto para detenerte.

Me pidieron mi licencia y mi tarjeta de circulación, no me baje del carro por molestar y les molestó porque me pidieron que me bajara. Después de revisar en la computadora los datos del carro uno de los policías le dijo al otro “Está limpio”, me dieron ganas de responderle “Pues claro que estoy limpio idiota, si me detuviste sin ninguna razón”. Lo que mas detesto de los policías es que me sermoneen, éste me dijo que tenía que arreglar lo de la placa de mi carro y soltó una letanía que duró unos cinco minutos a pleno rayo del sol.

Finalmente me dejaron ir, como siempre. Me queda la duda de cuánto tiempo seguirá esto, o quizá es algo arraigado en la propensión de los mexicanos por jugar a la lotería, y les causa más satisfacción atrapar a algún delincuente por suerte que por dedicación y esfuerzo.

jueves, 6 de octubre de 2011

Mi amigo el milusos

Hace como tres meses llegó al hotel un individuo ofreciendo un mapa de Playa del Carmen, no lo compré, me pareció muy caro, muy grande e inútil para mis fines, a otro probablemente le hubiera servido pero a menos que le quiera explicar a los turistas con detalle cada una de las zonas a las que o es muy peligroso o no tiene caso adentrarse, iba a ser un desperdicio tenerlo. Como buen vendedor el individuo este me pidió mis datos y yo, como buen comprador le di largas al asunto hasta que finalmente expresé mi desinterés en adquirir su producto, por teléfono por supuesto.

Hace dos meses me escribió un correo y me llamó de nuevo. Ya no trabajaba en los mapas, ahora estaba en una lavandería, coincidió que yo andaba buscando el servicio porque hace unos meses cerró el local al que mandábamos a lavar y con la época de lluvias se acumula el lavado porque no hay forma de que se seque. Así le llamé un día, le pedí la información y una semana después mandé el primer encargo, no me quejo, el servicio está bien, lo recogen y lo entregan en el hotel y todo llega limpio y presentable.

Hoy acabo de recibir otro correo de este sujeto, ahora trabaja en una agencia de automóviles. Más allá de preocuparme por haber caído en el mailing list de un vendedor empedernido me pregunto qué hace a alguien cambiar tanto de empleo. A lo mejor en el país estamos llenos de gente así que está engrosando los números de creación de empleos pero nada más saltan de una lado para otro o acaparan varios al mismo tiempo. Y bueno, lo peor es que pronto voy a necesitar un coche y a lo mejor se lo compro.

martes, 4 de octubre de 2011

Hasta en los mejores hoteles

Estar hospedado en un hotel de Playa del Carmen me ha dado una nueva perspectiva frente al mío. Por un lado las instalaciones son impresionantes; habitaciones, albercas, restaurantes, tiendas, todo está preparado para que cualquiera pueda disfrutar de sus vacaciones, el servicio creo que se podría mejorar pero no era malo. Hubo algunos detalles que me dieron tranquilidad respecto a cómo hago mi trabajo, me di cuenta de que había algunas fallas, la limpieza es más estricta en mi hotel que en el que me quede, detalles mínimos que probablemente sólo yo noto porque a diario estoy lidiando con ello. Pero el mayor descubrimiento de todos fue que no importa lo que uno haga, no hay manera de deshacerse de las hormigas, los mosquitos y las lagartijas, estaban por todos lados.

martes, 20 de septiembre de 2011

¿Acapulco en la azotea?

Una de las desventajas de vivir en la mejor playa del mundo es que no se puede disfrutar de la playa con todas las de la ley, es decir, registrarse en un hotel, tirarse en un camastro y beber todo el día con sus intervalos regulares de nado libre. Pero ahora encontramos la excepción de la regla, mi suegra tenía un tiempo compartido y se podía pedir un intercambio en uno de los resorts que están a unos minutos de Playa del Carmen. El resultado ha sido que aunque vengo a trabajar, por la tarde llego al hotel y disfruto en grande, además de que como es temporada baja, todo está prácticamente vacío.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Me da otro kilo


Estoy en una disyuntiva entre dejar de comer, hacer ejercicio o empezar a comprarme pantalones más grandes. Tengo 34 años, así que es cada vez más difícil mantenerse en buena forma. A los 20, recuerdo que podía subir corriendo el parque del Pedregal y regresar a jugar básquetbol por dos horas más, sin ningún problema. Las cosas cambian, el año pasado con dificultades pude saltar una barda después de haber olvidado las llaves adentro de mi casa.

Volviendo al problema, creo que empezar a comprar pantalones más grandes me introduciría a una dinámica de aumento de peso indefinido, una vez que se hace ya no hay ninguna clase de límite, es como la primera vez que alguien se pasa un alto, salirte con la tuya provoca que vuelvas a hacerlo. Al final estaría pesando 140 kilos y comprando mis pantalones por catálogo porque ya no encuentro en las tiendas.

Por otro lado comer sano no es una opción. Debo reconocer que desde que salí de casa de mis padres como más verduras y frutas que antes, en el entendido de que si no me preocupo yo nadie más se va a preocupar (bueno, mi esposa sí pero no es como mi madre que me obligaba). Aún así siento que tengo un déficit de productos del campo en mi alimentación y además me encantan las bebidas azucaradas, es imposible para mí tomar agua sola. Haré algo al respecto.

El asunto del gimnasio lo he tenido en mente ya por varios meses. En una ocasión lo hice con aceptables resultados pero el gimnasio me quedaba en la esquina de mi casa. Lo que más me cuesta trabajo y más me da flojera es el traslado. Quizá una vez que pague no tendré opción mas que ir. Ya veremos.

sábado, 12 de marzo de 2011

Pequeña introducción sobre los naturales de la región

La habitantes de Yucatán (quiero aclarar que cuando escribo Yucatán me refiero a la península) poseen ciertas costumbres que desde la perspectiva de la civilización occidental, son no sólo bárbaras sino claramente contrarias al comportamiento racional de los seres humanos. En el futuro ahondaré más en esta cuestión, por ahora quiero poner tan sólo un ejemplo que sucedió hace un par de semanas. Tenemos unos vecinos que acostumbran organizar cada determinado tiempo una noche de karaoke, debido a la endeble construcción de nuestras casas su noche de karaoke se transforma en una velada de berridos y lamentos en nuestra sala, en resumen a eso no se le puede llamar cantar.

En la última ocasión en que se dio este evento nuestro hijo estaba un poco enfermo y con trabajo conciliaba el sueño. Mi esposa fue a explicarles la situación a los vecinos para pedirles que bajaran el volumen de su música y como respuesta lo único que obtuvo fue una mueca de desagrado. La fiesta terminó a las dos de la mañana. Ahora bien lo que piensa toda persona racional es que los vecinos son unos pasados de lanza por hacer lo que hicieron, pero en su concepción de las cosas ellos fueron los ofendidos. La explicación es la siguiente: dentro de la cultura prevaleciente en la península no se le puede decir a nadie que no haga algo, por poner un ejemplo si una persona viene a mi casa, y sus niños brincan sobre las camas con zapatos, y yo les digo algo, les he ofendido, según su cultura no es posible decirle nada a alguien que te esté ocasionando un perjuicio porque el ofensor se convierte en ofendido, hay que aguantar estoicamente cualquier abuso.

Bajo esta concepción de las cosas los vecinos ya no nos dirigen la palabra porque les ofendimos al pedirles que le bajaran a su música cuando nuestro hijo estaba enfermo. En un principio pensamos en aplicar la misma porque los agraviados fuimos nosotros pero mi esposa pensó que les va a molestar más que actuemos como si nada, es lo que hemos estado haciendo y cada vez que los saludamos se muestran entre sorprendidos y confundidos, y seguro sienten algo de coraje.

miércoles, 19 de enero de 2011

Estoy despierto, ya es de día

Anoche mi hijo decidió recordar sus buenos tiempos, apenas tiene poco más de una año pero parece que ya le dan nostalgia sus primeros días. Explico: entre los dos y los cuatro meses entre los hábitos que tenía Emiliano estaba despertar entre las cuatro y las cinco de la mañana ( a veces a las tres ), en ese momento declaraba que el día había iniciado y era necesario jugar con él y entretenerlo. Cuando empezaban a asomar los primeros rayos de luz exigía salir a la calle a pasear. Ahí nos tienen a mí o a su mamá, o a los dos juntos, empujándolo en la carreola a las seis de la mañana por la Quinta Avenida de Playa del Carmen. Hoy decidió que iba a hacer lo mismo, desde las cuatro de la mañana despertó para jugar y a las seis quería salir. Afortunadamente pudimos dormirlo de nuevo.

domingo, 16 de enero de 2011

Empezando de nuevo

Yo ya tenía un blog, sigue ahí perdido en el ciberespacio, lo dejé de escribir hace tiempo. Creo que era demasiado formal y me hacía falta disciplina para mantenerlo actualizado. Espero que con este me vaya mejor, trataré de ser más flexible en cuanto a contenidos y extensión a ver si así funciona.